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Reacciones en Venezuela ante la decisión del Tribunal Supremo de Justicia

Ismael Pérez Vigil, Politólogo

Caracas 16 de marzo de 2004 - Ahora juegan los rusos. Como ya sabemos y bien nos recordara Quirós Corradí, los rusos también juegan; sería más fácil si no lo hicieran, pero en este partido no estamos solos. El Gobierno calla, el inquilino de Miraflores espera el desgaste y se reserva para el final, sabe que su intervención es decisiva, pero al mismo tiempo la más irritante, por lo tanto, lanzan primero a sus sabuesos de la guerra, la brigada ligera: Ismael García, Freddy Bernal, Juan Barreto y Darío Vivas, cuya misión, como sabemos, es ser la primera fuerza de choque, la respuesta torpe, exagerada, tartajeante, pero inmediata. Ellos marcan el “máximo” sobre el que se negociara, son el preludio de la intimidación. Más tarde vendrán los Círculos, Lina Ron y compañía.

Paralelamente actúa la Asamblea Nacional; como los pesos pesados allí (Maduro, Tascon, Iris Valera) como algunos de ellos están de gira turístico informativa por Europa y los Estados Unidos, y otros (William Saab, Lara y Ortega) posiblemente estaban en campaña electoral —que por cierto es ilegal, sin que el CNE diga nada— actuó como avanzada la inefable directiva que en franco abuso de poder y uso de recursos públicos, publicó un remitido desconociendo la decisión de la Sala Electoral del TSJ. Por su parte la embajada en Washington, que se ha convertido en actor en este tema electoral, en un confuso comunicado, plagado de errores, en donde hasta resucita a la Corte Suprema, se erige en intérprete constitucional y dictamina que la decisión es ilegal por cuanto la Sala Electoral “… no tiene la competencia para tomar decisiones en materia constitucional".

Así se orquesta la maniobra y no hay división entre los actores, lo mismo es una embajada, que un Alcalde, que un diputado, que la directiva de la Asamblea Nacional o el CNE, que el Fiscal General, todos forman parte del mismo equipo y juegan la misma estrategia que se dicta desde Miraflores.

Sigue ahora la jugada maestra, el melifluo Jorge Rodríguez, del CNE, termina de destapar el juego oficial: jugar a la crisis institucional en el TSJ, el conflicto de competencia entre dos Salas. En insólita declaración Jorge Rodríguez dice que ellos solo escucharan a la Sala Constitucional del CNE, que esperaran a lo que diga esta Sala, la de Iván Rincón, Delgado Ocando y Cabrera. Por lo visto, según Jorge Rodríguez, ellos no reconocen a nadie más, solo tienen un amo: “Acataremos sólo los señalamientos que la Sala Constitucional haga según las leyes ya que para nosotros es la única que puede emitir este tipo de órdenes” (Declaraciones según pagina Web de El Nacional).

Lo más curioso, es el desenfado con que se producen las coincidencias entre los “Poderes Independientes” del Estado, el rector Rodríguez utiliza los mismos argumentos que ayer asomara el Fiscal General, su homólogo de apellido, Isaías Rodríguez, quien señaló que la decisión de la Sala Electoral pareciera tener todas las características de una decisión de fondo y no de una medida cautelar. Según el Fiscal General la Sala Electoral se extralimita en sus atribuciones e incurre en “desorden procesal”. Rodríguez, el Fiscal, algo más conocedor del ámbito jurídico que el Rodríguez, el Psiquiatra, el del CNE, sabe que esta pudiera ser la única vía para que la Sala Constitucional intervenga en este proceso. Por supuesto, ya podemos apostar que los alegatos del CNE para que se reconsidere la medida seguirán este derrotero. Esbozado ya también por Carlos Escarra, el deux ex machina del derecho constitucional del régimen. Falta el Defensor del Pueblo, que debe estar viajando todavía por los Estados Unidos, explicando como el Gobierno no violo los derechos humanos del pueblo que a él le toca defender. Pero cuando llegue se pondrá rápidamente al día y seguramente introducirá un exhorto al TSJ, o algún tipo de recurso, o leerá alguna carta en VTV, para que no se violen los “derechos del pueblo” sin reparar en que la decisión de la Sala Electoral lo que pide es, precisamente, que se permita al pueblo votar.

En efecto, ante una medida cautelar —como la dictada ayer por la Sala Electoral— no hay apelación posible, sus efectos son de ejecución inmediata; por lo tanto el “recurso” que queda, políticamente, es no acatarla y crear una crisis cuando se intente forzarla judicialmente; y jurídicamente, es introducir un recurso de “revisión” de la decisión alegando que la decisión cautelar, provisional, en realidad se pronuncia sobre la materia de fondo: el carácter legal del instructivo del CNE, cuya nulidad se solicitó. Eso fue precisamente lo que recordó el Vicepresidente del CNE, Ezequiel Zamora, quien —para pronunciar más la división evidente en el organismo electoral y enfatizar que lo de Jorge Rodríguez no es una decisión del cuerpo— declaro por su parte que la sentencia de la Sala Electoral no es revisable, pues no se trata de una sentencia definitivamente firme. En efecto, la Sala Electoral fue cuidadosa en blindar su decisión y clara al señalar que no se pronuncia aun sobre el tema de fondo, ¿Cuándo se pronunciara?, he allí una buena pregunta, que implica una mejor o estratégica respuesta.

Mientras no se pronuncie sobre el tema de fondo, no habría materia sobre la cual la Sala Constitucional pudiera intervenir, aunque sabemos que a los magistrados de la Sala Constitucional no se les agua el ojo para extralimitarse en sus interpretaciones. Nada de raro tendría que alguien consultara sobre el uso de corta cutículas en el edificio del TSJ y que la Sala Constitucional aprovechara para pronunciarse sobre la sentencia de la Sala Electoral, anulando la decisión y creando, entonces si, una verdadera crisis que ameritaría la intervención de la Sala Plena.

La pelea pronto se vera reforzada por la guerra sucia lanzada desde la Vicepresidencia y apoyada por los Ministros Diosdado Cabello y Jesse Chacón.

El Vicepresidente no tardo en pronunciarse, con su acostumbrado tono de “altura” y en ejercicio de su oficio de provocador de oficio de la autocracia, ya califico de “inmoral”, “subversiva” y “mafiosa” la decisión de la Sala Electoral y marco la pauta del Gobierno, que ya nos habían adelantado los otros poderes “independientes” del estado —el Fiscal General y el CNE— el Gobierno solo reconocerá las decisiones de la Sala Constitucional, debido a que “a su juicio esta instancia tiene la jurisdicción en materia de actuación del CNE y la misma resguarda la Constitución de 1999.” (Pagina Web de Unión Radio).

Pero los disparos vienen de lado y lado, y como para no dar sosiego a las partes, un abogado ya introdujo, ante la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, un antejuicio de mérito contra los tres magistrados de la Sala Constitucional, (Iván Rincón, José Delgado Ocando y Jesús Eduardo Cabrera). El abogado los acusa del delito de “acto falso” que presuntamente cometieron al emitir el pasado viernes el oficio que pide a la Sala Electoral inhibirse de conocer los amparos sobre el referendo, sin que la Sala Constitucional haya contado con el quórum necesario para su aprobación. No sabemos que tanto pueda esto afectar al caso, pero ruido evidentemente ocasiona y prepara un mejor escenario en el caso de que la sala Constitucional se pronuncie, que es lo que todos esperamos, y esto siga el derrotero hacía la Sala Plena, que debería dirimir en última instancia. Allí las cosas estaban 10 a 10; ¿Seguirán así? Muchos recuerdan la decisión sobre el caso de los militares acusados de dar un golpe de estado en abril de 2002 y que se decidió por la absolución de los mismos con 11 votos a favor y 9 en contra. ¿Correrá ese riesgo el Presidente de la República, o preferirá terminar de medirse electoralmente, antes de que sea más evidente su debilidad? Bueno, siempre es posible pensar que este es un cartucho más antes del final.

Esas son por el momento son solo escaramuzas; la sorda resistencia del Gobierno de Chávez Frías a una decisión que pone a su Gobierno contra la pared y lo obliga a encarar lo que ha venido evitando desde hace más de un año, tener que enfrentarse al voto popular. Pronunciado el Vicepresidente, seguramente el Presidente Chávez Frías lo haga en cualquier momento; o quizá se reserve para hacerlo después de que lo haga la Sala Constitucional. Si esto es así, ya nos imaginamos el grueso calibre de la andanada presidencial. Volveremos a escuchar el florido lenguaje del primer mandatario, similar al que utilizó cuando se produjo la decisión absolutoria de los militares que intervinieron en los eventos de abril de 2002.



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